La estratégica ciudad
de Tánger, puerta del estrecho de Gibraltar, tiene un ambicioso plan
para reinventarse durante los cuatro próximos años, lo que significa
cientos de proyectos, pequeños y grandes, en los que sus autoridades
quieren atraer a inversores españoles.
Nuevas zonas
industriales, malecones portuarios, autopistas de circunvalación,
pabellones deportivos, hospitales, centros culturales o mezquitas están
previstos en el plan director de "Tánger Metrópolis", con un coste de
1.000 millones de dólares ya comprometidos por veinte instituciones
públicas que han firmado sendos convenios de financiación.
El
wali (gobernador) del Gran Tánger, Mohamed Yaqubi, de 44 años, uno de
esos jóvenes tecnócratas de tinte apolítico tan del estilo del reinado
de Mohamed VI (y nombrado por él), explica a Efe desde su despacho cómo
esta ciudad de un millón cien mil habitantes, en la confluencia del
Mediterráneo y el Atlántico, "va a sufrir una verdadera metamorfosis"
hasta 2017.
Tánger, como todo el norte de Marruecos,
sufrió el desdén de Hasán II durante sus 38 años de reinado, pero en la
era de su hijo Mohamed VI la región ha sido dotada de un nuevo puerto
con pretensión de ser el mayor de África en tráfico de contenedores
(Tanger Med), una fábrica de automóviles Dacia (la gama de precios
accesibles de Renault), una autopista hasta Rabat y una próxima línea de
tren de alta velocidad.
La ciudad tiene ahora
"serios problemas de circulación y saturación", debidos a que solo
cuenta con dos grandes vías de entrada, por el suroeste y por el este
mediterráneo, mientras que toda la zona del sur de la ciudad está
ocupada por el populoso barrio obrero de Beni Mekada, donde viven la
mitad de los tangerinos, sin conexiones amplias hacia el centro
marítimo.
El plan de acción consta de cinco ejes:
urbano, económico, social, cultural y religioso, que persiguen hacer de
Tánger, según el wali, "una ciudad económica internacional" sin perder
su vocación turística, pues en 2012, la ciudad recibió a 416.000
visitantes.
Las infraestructuras que se van a
necesitar para estos proyectos pasan por una nueva carretera costera
atlántica, que quedará unida con la mediterránea mediante dos anillos
concéntricos de circunvalación; del anillo interior saldrán tres vías
que lo conectarán con Beni Mekada.
El mercado
central de abastos, la estación de autobuses y el matadero saldrán del
centro y se ubicarán en modernas instalaciones en la periferia; en
paralelo, seis aparcamientos "gigantes" se construirán en el centro de
la ciudad.
El wali llama abiertamente a los
inversores españoles, consciente de que la grave crisis en el sector de
la construcción en España hace muy necesarias las oportunidades en el
exterior, y de que la vecindad da a las compañías españolas una clara
ventaja comparativa.
Al sur de Beni Mekada se creará
una nueva zona industrial de 2.000 hectáreas, que se añadirá a las dos
ya existentes, donde están instaladas 712 empresas que dan empleo a
120.000 personas. Junto a ella se situará la Ciudad de la Automoción,
para proveer a la industria automovilística (uno de los cinco polos
industriales por los que apuesta Marruecos).
Todo
este desarrollo, que persigue un crecimiento urbano hacia el interior,
tiene un componente social, recuerda el wali: nuevas escuelas y
guarderías en los barrios populares, rehabilitación del Gran Hospital
Mohamed V, construcción de centros de salud de proximidad y de otros
específicos para discapacitados.
En todo este plan
"ambicioso, pero no ilusorio", como dice Yaqubi, no falta una nueva
ciudad deportiva con cinco nuevos estadios (que se sumarán al Gran
Estadio ya existente), dos piscinas cubiertas, tres salas polivalentes,
un complejo tenístico, un hospital deportivo, hoteles para deportistas
visitantes y un centro comercial "ad hoc".
Si todos
estos proyectos están llamados a dinamizar la periferia de la ciudad,
¿qué quedará del centro histórico? Según el wali, será ahí donde se
ubicará el nuevo Palacio de las Artes y las Culturas, no lejos del nuevo
puerto con una triple vocación: pesquera (será el muelle más moderno
del país), deportiva y turística, para poner a Tánger dentro de la ruta
de los cruceros mediterráneos.
El nuevo complejo
portuario, cuya estructura ya puede adivinarse en los malecones
construidos frente a la vieja medina, acogerá además hoteles, un palacio
de congresos, un centro comercial y un teleférico para unir el puerto
con la Alcazaba, la parte más alta de la ciudad antigua.
Mohamed
Yaqubi afirma que todo esto no es un sueño, sino realidades con plazos
precisos que invita a verificar en visitas regulares.
Yaqubi
ha invitado a su exposición al presidente del Consejo Regional de
Tánger Tetuán, Rachid Talbi Alami, al que presenta como "autoridad
electa", aunque en realidad es de elección indirecta por los cargos
locales. En la reunión está ausente el verdadero cargo electo tangerino,
el alcalde, pero en Marruecos las decisiones importantes se toman por
decreto y no por votación.
Javier Otazu. EFE
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